Tacones lejanos es una película española de 1991, dirigida por Pedro Almodóvar.
Rebeca trabaja como locutora de telediarios en una cadena que dirige su marido, Manuel. Su marido fue el gran amor de la madre de Rebeca, Becky del Páramo, antes de que ésta la abandonara para dedicarse a su carrera como cantante, y no sabe que Rebeca es hija de Becky. Quince años después la madre vuelve a Madrid para actuar y arreglar algunas cuentas pendientes, especialmente la relación con su hija Rebeca. La noche de su llegada, Becky cena con Rebeca y Manuel. Juntos van a ver a un imitador de Becky, el transformista Femme Letal. Rebeca le dice a su madre que cuando la añoraba iba a ver a su imitador. Como las relaciones entre Rebeca y Manuel no marchan bien, él intenta reavivar su viejo amor con Becky, quien no acepta su ofrecimiento, a pesar de que Manuel le dice que piensa divorciarse de Rebeca. Una noche, Manuel aparece asesinado en su chalet.
Para andar en tacones, pocas personas. Para correr con ellos puestos, menos aún. Eso es precísamente lo que hace Almodóvar en esta cinta. Mirando una Victoria Abril fresca en principio, independiente y realizada, que parece andar por la vida de manera expresa, ocupada y con la agenda llena. Misma que, de a poco, parecerá ir descendiendo de sobremanera con la reaparición de su madre (Marisa Paredes), quien encarna a una estrella que vuelve a su patria tras un largo periodo de distanciamiento al éxito y la vida familiar. Una notable dirección, (cabe señalar) a un Miguel Bosé que sorprende por la soltura con que ejecuta su personaje; una historia nada extraordinaria y sin embargo de las mejor logradas por el cineasta español.
1 comentario:
Jamás me ha gustado Pedro Almodovar, ni su cine, ni el mensaje de sus peliculas, ni nada que directa o indirectamente huela a Pedro Almodovar.
Siento discrepar.
Aparte de eso, os mando un muy cordial saludo, como siempre.
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