martes, 26 de enero de 2016

Inesperadas, graciosas y malévolas

Inesperadas, graciosas y malévolas, por José Pérez Merino (artículo aparecido en el número de diciembre 2015 de la revista Brigada 21)

Nos referimos a las situaciones ocurridas en las películas. Por ejemplo, malévola, es el cruce de palabras en “Testigo de cargo” entre Elsa Lancaster (la que fuera “La novia de Frankenstein”), y Charles Laughton, cuando ella, que hace de enfermera, le dice al genial actor, que es abogado en la película: "Ahora subiremos a la habitación, nos tomaremos la medicina y nos iremos a la cama". A lo que Laughton responde: "¿Juntos? Nauseabunda perspectiva". Curioso, cuando además eran marido y mujer en la vida real.
En el film de Cantinflas “Por mis pistolas”, Mario Moreno es cogido prisionero por los indios, pero he aquí que el jefe tiene un dolor de muelas espantoso y Cantinflas, haciéndose pasar por dentista, le saca la muela poniéndole una rodilla en el cuello, y casi ahogando al piel roja, mientras éste grita: "Ya no volveré a comer chocolate nunca más".
Y hablando de dentistas, Jack Nicholson en una cinta de Roger Corman, luego director de películas de terror, se empeña en que el odontólogo le saque una muela sin anestesia, cuanto más le dolía más disfrutaba; al final le dice al doctor: "Muy bien sacada la muela, se lo recomendaré a mis amistades”.
La película “Adiós a las armas” creó un problema entre la productora y el autor de libro, Ernest Heminway, ya que la Paramount rodó dos finales distintos. En el estrenado inicialmente, la enfermera sobrevive después de un parto, lo que encabritó al Premio Nobel. Pero una reposición posterior recuperó la tragedia, falleciendo la mujer.
Henry Dunant fue el creador de la Cruz Roja. Fue en1859 cuando contempló más de 30.000 entre muertos y heridos abandonados a su suerte en la batalla de Solferino, una ciudad italiana testigo de la derrota de los austriacos por las tropas de Napoleón III. Dunant, precisamente, peleó al lado del general francés. La película “De hombre a hombres”, narra los hechos.
Y para terminar, una anécdota simpática. La censura franquista llevó a mirar con lupa cualquier cartel que los censores veían peligroso, como la película “Saeta”, de Joselito. Como aquello era irreverente tuvieron que añadirle “del Ruiseñor”. Pues bien, en la cinta “La bella del Yukon”, el cartelista, Emilio Chapi, tuvo que arreglar el afiche una y otra vez, hasta que el censor lo admitió porque ya no veía nada peligroso. Sin embargo, el señor Chapi se la pegó a su "enemigo", colocando en el ramo de rosas de la actriz un pene y dos testículos. Chapi presumió y se cachondeó de su censor "favorito".

martes, 19 de enero de 2016

Mr. Turner en Andalucía

Mr. Turner en Andalucía, por Manuel Bellido Mora (entrevista aparecida en el número de diciembre 2015 de la revista Brigada 21)

Timothy Spall (Battersea, Londres, 1957) es un tipo amable y sonriente que parece ajeno a la curiosidad que despierta entre los viandantes de Sevilla, donde ha recibido el homenaje del Festival de Cine Europeo. Su cara, su porte de tipo corriente con encanto resulta algo familiar. Se siente a gusto con su vida, sobre todo ahora que ha superado un cáncer, ha adelgazado bastante y no para de trabajar. No le incomoda que la gente lo reconozca por su aparición menor en la saga de Harry Potter, cuando tiene en su casa el Premio al Mejor Actor, en el Festival Internacional de Cine de Cannes, por su interpretación como protagonista en Mr. Turner (2014), la multipremiada película sobre la vida del pintor británico Joseph Mallord William Turner.
Cualquier gesto de cariño lo valora especialmente este actor sin tradición artística en su familia. Con un padre cartero y una madre peluquera pocos podrían aventurarse a pensar que estamos ante uno de los gigantes del teatro, la televisión y el cine británicos.

- Qué buena pregunta, es cierto, con lo que había en casa nada hacía pensar en que me pudiera dedicar a esto, pero mi abuelo trabajaba para el periódico The Times como vendedor, iba a todos los quioscos de prensa de Londres con su mercancía. Yo nunca lo conocí pero él y un amigo suyo hacían como unas representaciones y les encantaba, hacían comedia, se lo pasaban bien y cuando yo era niño, una vez en la casa en el escritorio de mi padre encontramos una vieja caja de puros, y en su interior había maquillajes con los que nosotros jugábamos, así que hay una vena interpretativa por ahí. Mi abuelo era un hombre muy interesante, pero por desgracia no llegué a conocerlo.

Ha trabajado con directores muy reputados: Tim Burton, Alan Parker y en especial, Mike Leigh, con quien ha hecho siete películas. Su paleta como actor es muy amplia y ha tocado toda clase de géneros. ¿Cuál es su favorito?

- La conclusión es que a todos los actores le gusta hacer teatro. Yo también empecé así, estudié en la Real Escuela de Arte Dramático, estuve en la Compañía de Teatro de Shakespeare, pero la forma en que yo he aprendido no ha sido en contacto directo con el teatro, ya que me limitaba a verlo por la televisión y principalmente me divertía con el cine, como cualquier crío de mi edad. Actuar para mí es algo natural, yo me siento como en casa delante de la cámara. El cine es una disciplina que me gusta, es como hacer las cosas del revés. Ya se sabe que el cine se rueda de forma no cronológica y para uno como actor la tarea es encontrar sentido a ese aparente desorden, es encontrar la narrativa dentro. Son piezas separadas pero están alineadas, concentradas. Y el momento mágico es cuando el director dice¡acción! Es maravilloso, algo artesano...Todo se concentra ahí, es como pescar...un pescador está dos días esperando, sentando en un estanque, para coger un pez, pues todo se concentra en el momento en que se produce la captura. Y luego lo coloca en la cesta y la cesta es la película.

En una de sus recientes películas (aún no estrenada en España) hace de Reverendo Paislay, el sacerdote mediador en el proceso de paz para poner fin a la violencia en el Ulster. ¿Ha sido un papel muy comprometido?

- Sí, es una película que acabo de terminar hace unas semanas, se llama The Journey (El Viaje) y dura 4 horas. Como sabemos, en Irlanda del Norte ha habido una prolongada guerra civil durante 30 años. Es una situación compleja pero ya está encauzada y los dos protagonistas principales de esta solución han sido el reverendo Ian Paisley (fallecido en septiembre de 2014) y Martin McGuinness. El sacerdote era el líder del movimiento protestante y también del Partido Unionista, que quería que Irlanda del Norte fuera de Gran Bretaña, mientras que Martin McGuinness es el jefe del Sinn Fein, que quiere que Irlanda del Norte sea parte de Irlanda, y es una facción predominantemente católica. Era, en realidad, una guerra de religión que parecía irresoluble, porque tenían ideologías opuestas y motivaciones políticas irreconciliables, era algo que parecía no tener fin. Y, sin embargo, todo acabó porque los elementos más extremos de la polarización tuvieron que unirse y entenderse. A Paisley le han llamado demagogo y de todo, pero al final se ha convertido en el primer ministro de Irlanda y su enemigo declarado, McGuinness, que era el líder no oficial del IRA, del sangriento brazo paramilitar de esta organización, también optó por el diálogo. La película es eso, la historia de dos hombres que se unen en un viaje durante las conversaciones de paz. 350. 000 personas habían muerto en los últimos 30 años por esta guerra, y esta historia terrible encontró la solución en un viaje de dos horas que ambos protagonistas, enemigos jurados, hicieron juntos en un coche desde Saint Andrew al aeropuerto de Edimburgo, el día que el reverendo Paisley cumplía su cincuenta aniversario de bodas. La película va sobre sus conversaciones, lo que ocurre allí y el debate que se produce y que desembocó, gracias a esa conversación, en la paz.

Mr. Turner ha disparado su cotización, lo ha convertido en una estrella...

- Es raro porque yo he sido actor durante 40 años y he tenido mucha suerte en la forma de ganarme la vida, porque he hecho lo que quería hacer, pero es raro que de repente al final de mi carrera hago algo que se convierte en una especie de broche de todo lo anterior. Es fantástico, la única palabra que tengo es esta, maravilloso. Una de las cosas mejores que puede alcanzar un actor es la capacidad de elegir y al contrario de lo que piensa la gente, es difícil elegir una carrera, es la carrera quien te elige, así que cuando te puedes permitir elegir, es estupendo porque entonces puedes concentrar tus sentimientos, tus emociones y tus preocupaciones. Es uno de los beneficios de poder elegir, que tú puedes tener la capacidad de tomar una dirección, mala o buena, basándote en lo que tú sientes, en lo que interesa y te gusta como desafío. Creo que Mr. Turner ha sido el final de un capítulo de mi carrera que ha abierto la puerta de otras cosas, porque fue la séptima colaboración con Mike Leigh, y es una de las cosas de las que me siento más orgulloso. Se ha convertido en una película tan aclamada que es maravilloso.
En gran parte de tu carrera sientes que te están pegando una patada en el trasero y cuando finalmente haces algo que le gusta a la gente y que además te dan premios por ello, es maravilloso. Hay muchos actores que desprecian los premios, pero no, yo vengo aquí a decir que soy actor, que he dedicado demasiado tiempo a no recibir premios y que cuando consigo uno, lo recibo, lo agradezco, y es fantástico.

martes, 12 de enero de 2016

Siento una perturbación en la fuerza

Siento una perturbación en la fuerza, por José Alfonso Rueda

Hace mucho tiempo, en una sesión cinematográfica muy muy lejana, tuve mi primer encuentro con Star Wars. Debía de ser allá por el año 1978 cuando “Una nueva esperanza”, el episodio IV de la saga, se estrenaba en mi pueblo y, acompañado por mi madre, fui a aquel vetusto teatro que a la vez hacía las veces de sala de proyecciones para, con la ilusión y la curiosidad que acompaña a la infancia, ver aquella película de ciencia ficción y naves espaciales de la que tanto se hablaba.
Debo suponer que mis expectativas quedaron satisfechas, pues mis recuerdos no llegan hasta esas edades. Lo que sí tengo claro es cómo me marcó ese film y los dos que le continuaron, “El imperio contraataca” y “El retorno del jedi”, en mi afición al cine en general y al género espacial y de aventuras en general.
Porque después de los años pasados y de numerosos revisionados de ese episodio IV, hasta sabérmelo casi de memoria, para mí sigue siendo una película de aventuras al más clásico estilo de Hollywood: un malo malísimo; un bueno joven e inocente que es arrojado a la lucha por las fuerzas del mal; un tipo aparentemente duro y cínico, de vuelta de casi todo, que acaba uniéndose a los buenos y quedándose, cómo no, con la chica; por supuesto, la chica, guapa y virginal, pero con carácter y en absoluto sumisa; y, no podían faltar, los secundarios simpáticos y graciosetes. Vamos, que si los rebeldes fueran vestidos de verde, cualquiera diría que nos encontrábamos en el bosque de Sherwood.
Buenos contra malos, luchas a espada, flechas láser, caballos que cabalgan a la velocidad de la luz…, esa simpleza clásica de las películas de aventuras que siempre me traen a la memoria las sobremesas de los sábados evoluciona en los episodios V y VI. Los personajes se hacen más complejos, más interesantes y profundos y menos encasillados como buenos o malos. La frontera entre el bien y el mal se torna más difusa, comenzamos a distinguir los matices de la fuerza, a empatizar con el lado oscuro y a entender a Darth Vader. ¿Quién no dudaría como él? La luz es aburrida y monótona; el reverso tenebroso es más divertido y diverso pero le enfrenta a su familia.
Casi 20 años después, George Lucas decidió continuar la saga con una nueva trilogía. Al igual que muchos seguidores de Star Wars, cuan Darth Vader cinéfilo, la duda me invadía: ¿serían sólo unas secuelas insulsas para sacar dinero o volveríamos a disfrutar con nuevas obras maestras del séptimo arte? No puedo negar mi decepción cuando vi “La amenaza fantasma”. Esperaba mucho más. Aún así, conocer el origen de los personajes y hechos narrados en los episodios IV, V y VI me bastaba para esperar con ansia los estrenos que faltaban. “El ataque de los clones” mitigó mi decepción y “La venganza de los Sith” la eliminó. Sin llegar al nivel cinematográfico de la primera trilogía, esta segunda acababa salvando los muebles y nos hacía saber el motivo de la conversión de Anakin Skywalker en Darth Vader.
Han pasado 10 años desde entonces y, de nuevo, Lucas retoma su gallina de los huevos de oro con otra trilogía. En lugar de precuela, secuela; en vez de conocer los orígenes, saber las consecuencias. “El despertar de la fuerza” nos devuelve a algunos de los antiguos personajes, nos presenta a una nueva generación de buenos y malos, nos trae un nuevo y renacido imperio oscuro y maligno. Hay aciertos y lagunas, decepciones y sorpresas, alegrías y tristezas… pero, sobre todo, vuelve a haber una perturbación en la fuerza. La siento y es poderosa.

lunes, 4 de enero de 2016

Brigada 21 Tomo 2, nº 15

https://drive.google.com/open?id=0B-qO-ccJMEFaejZMWWljUmZieEU
Aquí tenemos disponible el nuevo número de Brigada 21, la revista de la Asociación Cultural Audiovisual y Cineforum Forajidos que, en sus distintas etapas, desde 1999, va ya por la edición 75. Todo un evento de platino en el que podemos encontrar una pequeña entrevista al actor británico Timothy Spall realizada por nuestro socio de honor, periodista y cinéfilo Manuel Bellido; la opinión de nuestro presidente sobre las proyecciones cinematográficas en Montilla; un repaso a frases simpáticas y célebres de actores y actrices hecho por María José Pérez Ortiz; y, por último, el habitual repaso a las historias del cine de nuestro socio José Pérez Merino, esta vez enfocado en inesperadas, graciosas y malévolas situaciones ocurridas en películas.
Para leerla y disfrutar de estos artículos puedes encontrarla en papel en diversas papelerías de Montilla o bien en pdf pinchando aquí y en la imagen de la portada.