Mr. Turner en Andalucía, por Manuel Bellido Mora (entrevista aparecida en el número de diciembre 2015 de la revista Brigada 21)
Timothy Spall (Battersea, Londres, 1957) es un tipo amable y sonriente que parece ajeno a la curiosidad que despierta entre los viandantes de Sevilla, donde ha recibido el homenaje del Festival de Cine Europeo. Su cara, su porte de tipo corriente con encanto resulta algo familiar. Se siente a gusto con su vida, sobre todo ahora que ha superado un cáncer, ha adelgazado bastante y no para de trabajar. No le incomoda que la gente lo reconozca por su aparición menor en la saga de Harry Potter, cuando tiene en su casa el Premio al Mejor Actor, en el Festival Internacional de Cine de Cannes, por su interpretación como protagonista en Mr. Turner (2014), la multipremiada película sobre la vida del pintor británico Joseph Mallord William Turner.
Cualquier gesto de cariño lo valora especialmente este actor sin tradición artística en su familia. Con un padre cartero y una madre peluquera pocos podrían aventurarse a pensar que estamos ante uno de los gigantes del teatro, la televisión y el cine británicos.
- Qué buena pregunta, es cierto, con lo que había en casa nada hacía pensar en que me pudiera dedicar a esto, pero mi abuelo trabajaba para el periódico The Times como vendedor, iba a todos los quioscos de prensa de Londres con su mercancía. Yo nunca lo conocí pero él y un amigo suyo hacían como unas representaciones y les encantaba, hacían comedia, se lo pasaban bien y cuando yo era niño, una vez en la casa en el escritorio de mi padre encontramos una vieja caja de puros, y en su interior había maquillajes con los que nosotros jugábamos, así que hay una vena interpretativa por ahí. Mi abuelo era un hombre muy interesante, pero por desgracia no llegué a conocerlo.
Ha trabajado con directores muy reputados: Tim Burton, Alan Parker y en especial, Mike Leigh, con quien ha hecho siete películas. Su paleta como actor es muy amplia y ha tocado toda clase de géneros. ¿Cuál es su favorito?
- La conclusión es que a todos los actores le gusta hacer teatro. Yo también empecé así, estudié en la Real Escuela de Arte Dramático, estuve en la Compañía de Teatro de Shakespeare, pero la forma en que yo he aprendido no ha sido en contacto directo con el teatro, ya que me limitaba a verlo por la televisión y principalmente me divertía con el cine, como cualquier crío de mi edad. Actuar para mí es algo natural, yo me siento como en casa delante de la cámara. El cine es una disciplina que me gusta, es como hacer las cosas del revés. Ya se sabe que el cine se rueda de forma no cronológica y para uno como actor la tarea es encontrar sentido a ese aparente desorden, es encontrar la narrativa dentro. Son piezas separadas pero están alineadas, concentradas. Y el momento mágico es cuando el director dice¡acción! Es maravilloso, algo artesano...Todo se concentra ahí, es como pescar...un pescador está dos días esperando, sentando en un estanque, para coger un pez, pues todo se concentra en el momento en que se produce la captura. Y luego lo coloca en la cesta y la cesta es la película.
En una de sus recientes películas (aún no estrenada en España) hace de Reverendo Paislay, el sacerdote mediador en el proceso de paz para poner fin a la violencia en el Ulster. ¿Ha sido un papel muy comprometido?
- Sí, es una película que acabo de terminar hace unas semanas, se llama The Journey (El Viaje) y dura 4 horas. Como sabemos, en Irlanda del Norte ha habido una prolongada guerra civil durante 30 años. Es una situación compleja pero ya está encauzada y los dos protagonistas principales de esta solución han sido el reverendo Ian Paisley (fallecido en septiembre de 2014) y Martin McGuinness. El sacerdote era el líder del movimiento protestante y también del Partido Unionista, que quería que Irlanda del Norte fuera de Gran Bretaña, mientras que Martin McGuinness es el jefe del Sinn Fein, que quiere que Irlanda del Norte sea parte de Irlanda, y es una facción predominantemente católica. Era, en realidad, una guerra de religión que parecía irresoluble, porque tenían ideologías opuestas y motivaciones políticas irreconciliables, era algo que parecía no tener fin. Y, sin embargo, todo acabó porque los elementos más extremos de la polarización tuvieron que unirse y entenderse. A Paisley le han llamado demagogo y de todo, pero al final se ha convertido en el primer ministro de Irlanda y su enemigo declarado, McGuinness, que era el líder no oficial del IRA, del sangriento brazo paramilitar de esta organización, también optó por el diálogo. La película es eso, la historia de dos hombres que se unen en un viaje durante las conversaciones de paz. 350. 000 personas habían muerto en los últimos 30 años por esta guerra, y esta historia terrible encontró la solución en un viaje de dos horas que ambos protagonistas, enemigos jurados, hicieron juntos en un coche desde Saint Andrew al aeropuerto de Edimburgo, el día que el reverendo Paisley cumplía su cincuenta aniversario de bodas. La película va sobre sus conversaciones, lo que ocurre allí y el debate que se produce y que desembocó, gracias a esa conversación, en la paz.
- Qué buena pregunta, es cierto, con lo que había en casa nada hacía pensar en que me pudiera dedicar a esto, pero mi abuelo trabajaba para el periódico The Times como vendedor, iba a todos los quioscos de prensa de Londres con su mercancía. Yo nunca lo conocí pero él y un amigo suyo hacían como unas representaciones y les encantaba, hacían comedia, se lo pasaban bien y cuando yo era niño, una vez en la casa en el escritorio de mi padre encontramos una vieja caja de puros, y en su interior había maquillajes con los que nosotros jugábamos, así que hay una vena interpretativa por ahí. Mi abuelo era un hombre muy interesante, pero por desgracia no llegué a conocerlo.
Ha trabajado con directores muy reputados: Tim Burton, Alan Parker y en especial, Mike Leigh, con quien ha hecho siete películas. Su paleta como actor es muy amplia y ha tocado toda clase de géneros. ¿Cuál es su favorito?
- La conclusión es que a todos los actores le gusta hacer teatro. Yo también empecé así, estudié en la Real Escuela de Arte Dramático, estuve en la Compañía de Teatro de Shakespeare, pero la forma en que yo he aprendido no ha sido en contacto directo con el teatro, ya que me limitaba a verlo por la televisión y principalmente me divertía con el cine, como cualquier crío de mi edad. Actuar para mí es algo natural, yo me siento como en casa delante de la cámara. El cine es una disciplina que me gusta, es como hacer las cosas del revés. Ya se sabe que el cine se rueda de forma no cronológica y para uno como actor la tarea es encontrar sentido a ese aparente desorden, es encontrar la narrativa dentro. Son piezas separadas pero están alineadas, concentradas. Y el momento mágico es cuando el director dice¡acción! Es maravilloso, algo artesano...Todo se concentra ahí, es como pescar...un pescador está dos días esperando, sentando en un estanque, para coger un pez, pues todo se concentra en el momento en que se produce la captura. Y luego lo coloca en la cesta y la cesta es la película.
En una de sus recientes películas (aún no estrenada en España) hace de Reverendo Paislay, el sacerdote mediador en el proceso de paz para poner fin a la violencia en el Ulster. ¿Ha sido un papel muy comprometido?
- Sí, es una película que acabo de terminar hace unas semanas, se llama The Journey (El Viaje) y dura 4 horas. Como sabemos, en Irlanda del Norte ha habido una prolongada guerra civil durante 30 años. Es una situación compleja pero ya está encauzada y los dos protagonistas principales de esta solución han sido el reverendo Ian Paisley (fallecido en septiembre de 2014) y Martin McGuinness. El sacerdote era el líder del movimiento protestante y también del Partido Unionista, que quería que Irlanda del Norte fuera de Gran Bretaña, mientras que Martin McGuinness es el jefe del Sinn Fein, que quiere que Irlanda del Norte sea parte de Irlanda, y es una facción predominantemente católica. Era, en realidad, una guerra de religión que parecía irresoluble, porque tenían ideologías opuestas y motivaciones políticas irreconciliables, era algo que parecía no tener fin. Y, sin embargo, todo acabó porque los elementos más extremos de la polarización tuvieron que unirse y entenderse. A Paisley le han llamado demagogo y de todo, pero al final se ha convertido en el primer ministro de Irlanda y su enemigo declarado, McGuinness, que era el líder no oficial del IRA, del sangriento brazo paramilitar de esta organización, también optó por el diálogo. La película es eso, la historia de dos hombres que se unen en un viaje durante las conversaciones de paz. 350. 000 personas habían muerto en los últimos 30 años por esta guerra, y esta historia terrible encontró la solución en un viaje de dos horas que ambos protagonistas, enemigos jurados, hicieron juntos en un coche desde Saint Andrew al aeropuerto de Edimburgo, el día que el reverendo Paisley cumplía su cincuenta aniversario de bodas. La película va sobre sus conversaciones, lo que ocurre allí y el debate que se produce y que desembocó, gracias a esa conversación, en la paz.
Mr. Turner ha disparado su cotización, lo ha convertido en una estrella...
- Es raro porque yo he sido actor durante 40 años y he tenido mucha suerte en la forma de ganarme la vida, porque he hecho lo que quería hacer, pero es raro que de repente al final de mi carrera hago algo que se convierte en una especie de broche de todo lo anterior. Es fantástico, la única palabra que tengo es esta, maravilloso. Una de las cosas mejores que puede alcanzar un actor es la capacidad de elegir y al contrario de lo que piensa la gente, es difícil elegir una carrera, es la carrera quien te elige, así que cuando te puedes permitir elegir, es estupendo porque entonces puedes concentrar tus sentimientos, tus emociones y tus preocupaciones. Es uno de los beneficios de poder elegir, que tú puedes tener la capacidad de tomar una dirección, mala o buena, basándote en lo que tú sientes, en lo que interesa y te gusta como desafío. Creo que Mr. Turner ha sido el final de un capítulo de mi carrera que ha abierto la puerta de otras cosas, porque fue la séptima colaboración con Mike Leigh, y es una de las cosas de las que me siento más orgulloso. Se ha convertido en una película tan aclamada que es maravilloso.
En gran parte de tu carrera sientes que te están pegando una patada en el trasero y cuando finalmente haces algo que le gusta a la gente y que además te dan premios por ello, es maravilloso. Hay muchos actores que desprecian los premios, pero no, yo vengo aquí a decir que soy actor, que he dedicado demasiado tiempo a no recibir premios y que cuando consigo uno, lo recibo, lo agradezco, y es fantástico.
- Es raro porque yo he sido actor durante 40 años y he tenido mucha suerte en la forma de ganarme la vida, porque he hecho lo que quería hacer, pero es raro que de repente al final de mi carrera hago algo que se convierte en una especie de broche de todo lo anterior. Es fantástico, la única palabra que tengo es esta, maravilloso. Una de las cosas mejores que puede alcanzar un actor es la capacidad de elegir y al contrario de lo que piensa la gente, es difícil elegir una carrera, es la carrera quien te elige, así que cuando te puedes permitir elegir, es estupendo porque entonces puedes concentrar tus sentimientos, tus emociones y tus preocupaciones. Es uno de los beneficios de poder elegir, que tú puedes tener la capacidad de tomar una dirección, mala o buena, basándote en lo que tú sientes, en lo que interesa y te gusta como desafío. Creo que Mr. Turner ha sido el final de un capítulo de mi carrera que ha abierto la puerta de otras cosas, porque fue la séptima colaboración con Mike Leigh, y es una de las cosas de las que me siento más orgulloso. Se ha convertido en una película tan aclamada que es maravilloso.
En gran parte de tu carrera sientes que te están pegando una patada en el trasero y cuando finalmente haces algo que le gusta a la gente y que además te dan premios por ello, es maravilloso. Hay muchos actores que desprecian los premios, pero no, yo vengo aquí a decir que soy actor, que he dedicado demasiado tiempo a no recibir premios y que cuando consigo uno, lo recibo, lo agradezco, y es fantástico.
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