Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, una de las definiciones de “galán” es la de actor de teatro o cine que representa papeles principales, sobre todo de carácter amoroso. Así que al hilo de mi anterior artículo, hoy les planteo un pequeño paseo por la memoria, para recordar algunos de los principales galanes que ha tenido (y tiene) el cine.
Galanes ha habido muchos en la historia del cine, pero tal vez uno de los más recordados es Rodolfo Valentino. Un actor de origen italiano (Rodolfo Pietro Filiberto Raffaelo Guglielmi di Valentina) que triunfo en los años veinte en las películas de cine mudo, con títulos como “El hijo del Caid” o “Sangre y arena”. Su aspecto de amante latino, contrastaba con el de la otra figura de la época (Douglas Fairbanks), y a su muerte prematura (a los 31 años) le sucedieron los suicidios de algunas de sus admiradoras.
Pero, al menos para mi, el galán por excelencia es Cary Grant, o si lo prefieren, Archibald Alexander Leach. Este actor que lo mismo era capaz de hacer una comedia, una película de suspense, o una de aventuras, poseía una compostura que lo mismo vestía un uniforme colonial británico (“Gunga Din”), o un traje impecable en los mejores hoteles de la Costa Azul francesa (“Atrapa a un ladrón”). Otros actores han podido tener su versatilidad en la interpretación (no todos, su calidad), pero nadie ha llevado un traje con tanta elegancia y soltura como él (bueno, vale, George Clooney también lo consigue a veces).
El cine europeo también ha tenido sus galanes (generalmente, el cine francés), y no sería justo no mencionar a Jean Gabín (Jean-Alexis Moncorgé), actor de rasgos endurecidos, que destacó en películas como “La gran ilusión”, o a otro actor más contemporáneo, Alain Delon (Alain Fabien Maurice Marcel Delon) que brilló de manera muy especial en “A pleno sol”, o “El gatopardo”.
En el cine español, para hablar de galanes en el cine, tendríamos que retrotraernos a “Locura de amor”, y a su protagonista Fernando Rey, o a Alberto Closas en “Muerte de un ciclista”, aunque tampoco deberíamos olvidar a un actor argentino como Carlos Estrada que realizó impactantes interpretaciones como la de “La tía Tula”.
Como anécdota final de este artículo, que no ha pretendido realizar un recorrido exhaustivo por la historia del cine y sus galanes, sino recordar a algunos de ellos, y puesto que el actor Fernando Tejero ha sido el encargado de realizar el Pregón de esta última Fiesta de la Vendimia, les contaré que en el año 2002 ya estuvo Fernando en Montilla participando en la III Jornadas de Cine Español (que ese año premiaron a Juan Diego), y como por aquel entonces el actor no era todavía conocido (acababa de rodar “Los lunes al sol” y estaba rodando “Torremolinos 73”), durante la charla que miembros de la Asociación Forajidos mantuvimos con él, se jactaba de que entre sus amigos estaba uno de los actores de moda -Eduardo Noriega-, y puesto que una de las presentes (¿te acuerdas, Lola?) estaba deseando conocer a Eduardo, el otro, ni corto ni perezoso, lo llamó por teléfono para demostrar que era verdad, y así nuestra amiga pudo mantener una breve conversación con Noriega.
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