Barry Lyndon es una película dirigida por Stanley Kubrick en 1975, y protagonizada por Ryan O'Neal y Marisa Berenson. Está basada en la novela del mismo título de William Makepeace Thackeray. Ganó cuatro Premios Oscar, a la mejor dirección artística, a la mejor fotografía, al mejor vestuario y a la mejor música, y fue nominada a tres, a la mejor película, al mejor director y al mejor guión adaptado.
Redmond Barry (Ryan O'Neal) es un joven irlandés, decidido a convertirse en un hombre rico e importante. Se alista en el ejército británico y participa en la Guerra de los Siete Años en el continente europeo. Pronto deserta y se pasa al ejército prusiano, donde le convierten en espía. Después conoce a un caballero que se dedica al juego, y que le enseña el arte de las cartas. Barry usa todas las estratagemas y mentiras para subir en la escala social y se casa con Lady Lyndon (Marisa Berenson), una rica condesa. Adopta ese nombre y como Barry Lyndon se establece en Inglaterra, siendo un hombre rico e influyente. Sin embargo, con el tiempo su fortuna cambiará, por el intentar poseer un titulo de nobleza, cual su esposa tiene.
Rodada enteramente en decorados de época (sobresaliendo el Castle Howard) y en luz natural (con velas en las escenas nocturnas o de interior), mediante objetivos de cámara muy luminosos (modificación de una cámara Mitchell y de objetivos Zeiss de focal 50 mm y de abertura F0.7) y mediante el tratamiento especial del negativo, esta película presenta una fotografía excepcional, auténtica proeza técnica que le confiere una estética más bien sombría y muy particular, en el tono de la historia y las pinturas de la época. El espectador se encuentra de esta forma imbuido en la intimidad de los personajes, tal y como pretendía Kubrick, que quería realizar un documental que se desarrollara durante el siglo XVIII.
Este estética particular está magníficamente apoyada por la banda sonora, con piezas clásicas (como la zarabanda de Haendel, el Barbero de Sevilla de Paisiello, un trio de Schubert o de Bach) y del folklore irlandés (interpretado por The Chieftains).
Este estética particular está magníficamente apoyada por la banda sonora, con piezas clásicas (como la zarabanda de Haendel, el Barbero de Sevilla de Paisiello, un trio de Schubert o de Bach) y del folklore irlandés (interpretado por The Chieftains).
Fuente: Wikipedia
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