miércoles, 23 de julio de 2008

Amélie

Hoy, miércoles 23 de julio, a las 22 horas en la Casa del Inca, proyección de la película francesa Amélie (Jean Pierre Jeunet, 2001) dentro del Cineforum de verano 2008.
SINOPSIS: Amelie no es una chica como las demás. Ha visto a su pez de colores deslizarse hacia las alcantarillas municipales, a su madre morir en la plaza de Notre-Dame y a su padre dedicar todo su afecto a un gnomo de jardín. De repente, a sus veintidós años, descubre su objetivo en la vida: arreglar la vida de los demás. A partir de entonces, inventa toda clase de estrategias para intervenir, sin que se den cuenta, en la existencia de varias personas de su entorno. Entre ellas está su portera, que pasa los días bebiendo vino de Oporto; Georgette, una estanquera hipocondríaca: o "el hombre de cristal", un vecino que sólo ve el mundo a través de la reproducción de un cuadro de Renoir.


Lo menos importante de la película es el argumento. A tal punto que podría relatarse toda la historia, cada una de las pequeñas historias que componen el relato, y hasta adelantar el final y con ello la película no perdería nada de su encanto. Para hacer una comparación, se podría decir que Amélie es al cine convencional lo que la poesía es a la prosa en literatura. Amélie es una película poética y como en la poesía, la verdadera historia transcurre en el corazón de los personajes más que en sus actos.
Si en algo insiste Amélie, es en el valor de las pequeñas cosas, esos pequeños placeres de lo cotidiano a los que a veces se presta la suficiente atención. Por eso cada nuevo personaje que entra en la escena es precedido por una descripción de las cosas que le gustan y desagradan. Pequeñas cosas, que de alguna manera componen el Universo del personaje. La fantasía, o mejor dicho, la capacidad de fantasear es otro de los valores que se destacan en Amélie.
Un tercer aspecto a destacar de Amélie es su carácter metafórico. Bellas metáforas adornan muchas de las escenas. Una cajita que se transforma en símbolo de la niñez perdida.
Excelente sobre todo la actriz que interpreta a Amélie, Audrey Tautou, que con sus gestos y miradas le da un carácter muy especial al personaje, sobre todo cuando mira directo al foco de la cámara, como buscando la complicidad del espectador e invitándolo a entrar a su mundo. En ocasiones recuerda a Chaplin.
Y por supuesto la fotografía, que nos muestra los rincones más bellos de París, pero sin excederse, teniendo como fondo una excelente banda sonora de Yann Tiersen.
Amélie es, más que una comedia romántica, una fábula sobre el amor y la posibilidad de hacer el bien.

Esta película es clave porque su autor pudo abrir la caja de los sueños, llena de clowns y de ogros, de príncipes y de hadas, de risas y de canciones infantiles, de felicidades olvidadas y finalmente resucitadas. Según Jean-Pierre Jeunet, se trata de un film "concebido para dar felicidad a la gente", un cine champán ,que se llama ahora; EL ESPECTADOR es sumergido en una ligera ebriedad, una euforia que se parece a la felicidad.
Ya con Delicatessen (1991) y "La ciudad de los niños perdidos" (1995) con el que apareció asociado, en el guión y dirección, a Marc Caro, el cineasta francés había manifestado con brillo su gusto por las situaciones y los personajes extravagantes, y sus dos filmes aparecían como equivalentes cinematográficos de los mejores cómics y dibujos animados. Uno y otro también miraban de reojo la ciencia-ficción delirante de un maestro del género, Terry Gillian (Héroes del tiempo, 1981). Es además por eso que Pierre Jeunet fue llamado para participar en la saga hollywoodiense de Alien, de la que dirigió el cuarto episodio, Alien resurección en 1997.
Como sus predecesoras, Amelie desborda con una invención tal que parece que su autor se hubiera propuesto el objeto de desarrollar una idea por plano, y a la velocidad a la que éstas pasan por la pantalla, el espectador es literalmente bombardeado por imágenes cómicas, insólitas y poéticas que subrayan un comentario, un diálogo y un acompañamiento musical que son otras tantas razones para ver la película. Algunos le reprocharon a Jeunet haber puesto su genio creativo al servicio de una visión nostálgica, idílica y consensualista del mundo. " ¿Qué responderles, sino tanto mejor?- dijo él.

1 comentario:

José Alfonso Rueda dijo...

No había visto nunca esta película hasta ayer. Y me pareció una delicia tanto desde el punto de vista visual como narrativo.
Efectivamente, es una especie de cuento surrealista y optimista con una fotografía maravillosa que me encantó.
Voy a votarla ahora en Filmaffinity.