martes, 27 de julio de 2010

MI HIJO ES UN CINÉFILO

Sucedió la otra noche. Miguel acababa de comer, cuando lo depositamos en la cama para que pudiera moverse con libertad, y miró para la televisión que estaba encendida. Pero no fue una simple mirada, sino que mantuvo lo ojos de manera expectante, como quien espera el siguiente fotograma de la película para comprender todo lo que está sucediendo en la pantalla. Se preguntarán ustedes quién fue el causante de semejante reacción en un niño de tres meses, y la respuesta no puede ser más obvia: Ford, John Ford.

Era lunes, y en la segunda (ahora la llaman “la 2”) estaban emitiendo Mogambo (1953). En ese momento Clark Gable mantenía una pose altiva, con la mirada puesta en Ava Gardner (“el animal más bello del mundo”), y las manos apoyadas en la cintura. ¡Mi hijo es un cinéfilo!, pensé inmediatamente, pues acababa de darse cuenta que estaba ante una de las más grandes aventuras cinematográficas, donde se dan la replica uno de los galanes (a pesar de esas enormes orejas) con más encanto de la historia del cine, y dos de las bellezas más turbadoras: Ava y Grace Kelly.

Misterios aparte de la genética, es sorprendente como las grandes películas, los “clásicos”, son capaces de captar nuestra atención, y como por ellos no importa los años que pasen. Estoy seguro, que a todos vosotros os habrá pasado alguna vez eso de engancharos con alguna película, que llevabais tiempo sin ver, y que cuando la ponen en televisión, dejáis lo que estáis haciendo para verla un rato.

En el caso de nuestra Asociación, está película además nos trae un grato recuerdo, pues fue la que escogimos para celebrar nuestro quinto aniversario, y tuvimos la suerte de proyectarla en el Teatro Garnelo, en cuya “pantalla grande” vivimos las andanzas de un cazador de fieras salvajes, y sus escarceos amorosos (seguro que conocen la historia de que en la película la censura franquista disfrazó la infidelidad de Grace Kelly hacía su marido, planteando una posible relación incestuosa).

Puede que todo esto halla sido una ilusión mía, y que mi hijo solo mirase la televisión por azar en ese momento, pero créanme ustedes que por si acaso haré la prueba con Casablanca (1942), y comprobaré como responde ante su visionado. Tal vez se emocione cuando los protagonistas recuerden Paris, y mueva los labios intentando entonar La Marsellesa, para sonreír al final del comienzo de una “hermosa amistad”. En fin, ya les contaré.

A mi hijo, con todo mi cariño.


lunes, 19 de julio de 2010

Brigada 21 Mayo / Junio 2010

Mejoramos nuestro retraso y cada vez lo hacemos mayor. Pero, eso sí, al final aparece la revista. Ya se sabe, nunca es tarde si la dicha es buena. Para leerla en la versión pdf sólo hay que pinchar en la imagen inferior.
Se admiten colaboraciones para el próximo número, el de julio-agosto 2010.