lunes, 29 de noviembre de 2010

Forajidos austrohúngaros


No somos los Forajidos montillanos unos bandidos al uso. Aunque admiramos a nuestro idolatrado John Ford y soñamos con cabalgar por las praderas del salvaje oeste y atravesar el Monument Valley, poco tenemos de pistoleros y, más bien nada, de ese porte de John Wayne cuando pide un whisky doble o se enfrenta a Liberty Valance. Nosotros somos más de andar por casa. Malos españoles, que diría Franco. Pícaros, sarcásticos, ácidos, irónicos, corales, ácratas, erotómanos, amargos pero divertidos; o sea, berlanguianos.
Y es que, desde hace ya trece años que comenzó nuestro cineforum, Luis García Berlanga ha estado siempre muy presente en él. Hemos podido disfrutar en la Casa del Inca de Bienvenido Mr. Marshall, Calabuch, Plácido, Los jueves milagro, El verdugo y La escopeta nacional. Son solo seis películas dentro de su amplia filmografía, es cierto; aún nos quedan muchas por ver, es verdad. Pero es que la influencia de Berlanga sobre Forajidos va mucho más allá de eso. Tiene más que ver con una forma de entender el cine, con una actitud ante la vida, con ser, como decía del director valenciano Michel Piccoli, protagonista de Tamaño natural, Don Quijote aunque también podríamos ser Sancho Panza.
El cine negro de mujeres fatales y duros detectives nos hizo nacer; con los maestros Ford, Hitchcock y Hawks nos volvimos clásicos; pero fueron Bardem, Azcona y Berlanga quienes nos dotaron de personalidad. Gracias a ellos nos convertimos en malos españoles y, por ende, en cinéfilos austrohúngaros.
Para Forajidos, Luis García Berlanga será como ese antiguo Imperio, ya desaparecido, pero siempre presente en sus películas; seguiremos teniéndolo presente a través de las mismas.

1 comentario:

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

Se va lo mejorcito del cine español, podría ver 1000 veces la vaquilla y aún me reiría como la primera.