lunes, 8 de diciembre de 2008

Muerte entre las flores

En una ciudad indeterminada en el año 1929, la rivalidad surge entre dos amigos; Leo, un gángster que gobierna el lugar, y Tom, su ayudante. Cuando los dos se enamoran de la misma mujer, se genera una guerra abierta entre bandas en la que predominan las traiciones, los enfrentamientos políticos, las corruptelas y las escisiones internas.
Pese a que una pulcra y concienzuda puesta en escena lidera holgadamente el amplio repertorio de virtudes de esta peli, el verdadero secreto del éxito de la obra de los Coen radica en su honestidad. "Miller’s Crossing" jamás pretende plagiar el espíritu original del cine negro. Se limita a recrearlo, eso sí, con un respeto y devoción encomiables. Coen resucita durante dos horas a Bogart, Bacall, Cagney, Robinson y Lorre orquestando un homenaje al género absolutamente magistral. Podría destacar el particular toque humorístico Coen, los diálogos cincelados en oro puro o ese sentido pictórico que los hermanísimos se preocupan por infundir en cada fotograma, pero esta vez me apetece distinguir por encima de todo una secuencia de acción en estado puro. El tiroteo entre Leo y los secuaces de Johnny en la casa del irlandés mientras esta se consume pasto de las llamas, con sintonía clásica incluída, merece indefectiblemente un laureado puesto de honor entre las mejores secuencias de la historia del séptimo arte.
Fuente: FilmAffinity

1 comentario:

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

Una obra maestra, me encanta el papel del niño gordito malcriado hijo de un mafioso.