jueves, 31 de marzo de 2016

Isidoro Jiménez, una vida de cine

"Isidoro Jiménez, una vida de cine", por José Manuel Repiso Carmona (artículo aparecido en el número de marzo 2016 de la revista Brigada 21)

“Si de algo estoy satisfecho es de haber aportado algo al desarrollo cultural de Montilla. En los años 50, cuando venían los espectadores al cine, y muchos me decían que por primera vez a través de las películas habían visto el mar, compartía la emoción con ellos”.
Estas frases, dichas por Isidoro durante la entrañable conversación que mantuvimos con él, acompañados de su familia, nos permiten conocer mejor a la persona que ha hecho del cine su modo de vida, y a la que tantos montillanos están agradecidos por permitirles soñar con las aventuras de sus actores favoritos.
Lo que tal vez no todo el mundo sepa es que Isidoro, intérprete y aficionado a las obras de teatro, podía haber sido actor profesional, quien sabe si incluso podríamos estar hablando de uno de los galanes del cine español, si no hubiera sido por la negativa de sus padres a que realizara una prueba a la que había sido invitado.
Cuando su familia adquirió unas antiguas dependencias del Palacio de los Duques de Medinaceli y las transformó en un precioso y cómodo cine (el Cinema Palacio), seguramente él mismo no sabría dónde terminaría aquella aventura, que entre otras cosas le permitiría viajar a Madrid y conocer los legendarios Estudios Bronston durante el rodaje de míticas películas como La caída del imperio romano. “Estuve a seis pasos de Sophia Loren”, nos confiesa, “un bellezón”.
Como empresario fue innovador, y los cines que la empresa familiar regentaba (Cinema Palacio, Ideal, Jardín Cinema, e Imperial) se beneficiaron de su inteligente forma de publicitar las películas. La Pantalla de los Éxitos, como se anunciaba el Cinema Palacio, sorprendía a los espectadores con altavoces ocultos que él accionaba desde una butaca reservada, a modo de “surround” o sonido envolvente. De cada película que proyectaba conocía las críticas y comentarios de las principales revistas de la época, utilizando en su promoción las frases publicitarias más acertadas, y realizaba pases previos (antes del estreno en la pantalla) con el personal de la empresa (limpiadores, acomodadores, etc.) para ver sus reacciones y valorar si merecía la pena estrenarla o la devolvía a la distribuidora.
Por todo lo anterior, y por el enorme cariño con que es recordado por todos los montillanos, desde nuestra Asociación queremos sumarnos al Homenaje que su familia le está organizando y, de esta manera, agradecerle todos los buenos ratos que nuestros padres y abuelos han pasado en los cines.

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