martes, 15 de julio de 2008

Tener y no tener

Harry Morgan (Humphrey Bogart) se gana la vida en la isla de la Martinica alquilando su barco de recreo pero la situación derivada de la guerra en Europa hace que el negocio no prospere y tendrá que aceptar una misión de la resistencia francesa.
Howard Hawks realiza una brillante adaptación de la novela de Ernest Hemingway muy oportunamente trasladada a la presente situación bélica que vivía el mundo.
Se trata de la primera aparición en la gran pantalla de Lauren Bacall que demuestra todas sus cualidades como actriz y revela la gran química que esta y Bogart poseen, no hay más que decir que un año más tarde se unieron en un matrimonio que sólo la muerte del actor pudo romper.

Obra maestra del cine en la que intervino todo el talento de la Warner de la época: Howard Hawks en la dirección, Franz Waxman compuso la banda sonora, Sid Hickox en la fotografía y el dúo Faulkner-Furthman adaptando a Hemingway. Pero no sólo estos genios se consagraron: una jovencísima, sensual e inquietante Lauren Bacall le dijo a Bogart: "Si me necesitas, silba".... y le enamoró. Resumiendo: un clásico imprescindible para ver en sesión continua con "El sueño eterno".
Se rumorea que Howard Hawks tenía por costumbre poner a jovencitas atractivas en sus películas y seducirlas luego, pero cuando rodó Tener y no tener le salió el tiro por la culata y la novata Lauren Bacall prefirió liarse con Humphrey Bogart (y parecía tonta). Pero Hawks era un hombre de recursos y, en lugar de cortarse las venas, procedió a: a) liarse con Dolores Moran, que es la otra guapa de la peli, y b) cambiar el argumento de la historia para darle mucho más protagonismo a la Bacall y redirigir la atención que la prensa rosa daba al romance Bogart-Bacall hacia la película en sí. De la novela de Ernest Hemingway en la que se supone que se basa la peli ya quedaba poco, y encima tuvieron que cambiar de isla y ambientarla en Martinica, más que nada porque promover la revolución cubana quedaba poco hollywoodiense. Y a pesar de los pesares, la peli es una maravilla. El truco supongo que consiste en contratar a guionistas solventes como el mismo Ernest Hemingway y William Faulkner (un premio Nobel cada uno) para que se curren los diálogos. Porque la peli tiene aventura, suspense, amor, idealismo, glamour, amistad, revolución y todo eso, pero lo que más mola son esos diálogos precisos (y preciosos) que encajan como suaves engranajes, y que -en una época en que a penas se podía insinuar que los personajes se besaban con lengua- están cargados de un erotismo fino fino y una sensualidad pillina pillina.

Fuentes: Wikipedia y FilmAffinity

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